LO PRIMERO ES LO PRIMERO
Iba a ser una jornada profesional en blanco para el detective Morrison, pues había transcurrido más de una hora y todavía no había podido cagar. Ya sabía él de las dificultades que entrañaba el hecho de no aliviarse tempranamente, pues eso suponía que el apretón le podía sobrevenir en cualquier momento y que eso podría causarle graves problemas, por ejemplo, si ocurría en un momento crucial de un seguimiento, vigilancia o pesquisa cualquiera. Tenía muy presente el consejo de su mentor Flanagan: "Sin cagar, no salgas a investigar". Así que se quedó en casa esperando el derrame fecal, con depresión y ansia tal que decidió ni siquiera acudir a su despacho, por si la cagalera le sorprendía por el camino, pues ya se sabe lo traicionero que es el vientre de cada cual, que siempre va a lo suyo sin tener en cuenta el que lo acoge en su seno.
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